Hoy me he acordado de mi blog abandonado. Lo dejé porque estaba cansada de contar pena tras pena, en un momento de mi vida donde la infertilidad no dejaba de meterme goles.
Tiempo después sentí que había ganado a la infertilidad. Y no porque me quedara embarazada.
Seguí haciendo tratamientos. Seguí luchando. Seguí intentándolo. Seguí cayéndome y levantándome. Porque podía, porque quería, porque confiaba.
Seguí haciendo tratamientos. Seguí luchando. Seguí intentándolo. Seguí cayéndome y levantándome. Porque podía, porque quería, porque confiaba.
Hoy me he acordado de él y toda la gente que me leía y que no sabe de mí por la red social donde estoy más activa (instagram: @bedabita).
Y he tenido la necesidad de compartir en mi blog una cifra que hace unos días me dieron.
437
Una beta positiva.
Un sueño que comienza. Una reconciliación con mi cuerpo. Un mundo al que me subo y no me quiero bajar.
437
Una beta positiva.
Un sueño que comienza. Una reconciliación con mi cuerpo. Un mundo al que me subo y no me quiero bajar.
Gracias por tanto.