martes, 17 de diciembre de 2013

Donde empieza el camino (Parte 2)

Tras el shock de saber que el seminograma de mi marido era un desastre tuvimos que esperar los dos meses de rigor para que me viera un ginecólogo y nos derivara a fertilidad. Nos pilló el verano por medio, así que desde mayo que estuve en el ginecólogo la cita a fertilidad no la tuvimos hasta septiembre.

Mientras tanto pedimos cita con un urólogo para ir adelantando, tras varias pruebas tuvimos un diagnóstico que ya sospechabamos, mi marido tenia varicocele bilateral grado 2 y 3, y esa era la causa de su esterilidad. Lo pusieron en lista de espera para operarse (aun estamos esperando).

Llegó el día de la cita en fertilidad, íbamos con mucho miedo pero la enfermera que nos atendió fue un encanto y nos quitó el miedo de golpe, nos mandó las pruebas restantes, nos animó diciéndonos que seguro lo conseguíamos, nos regaló cajas y cajas de pastillas para los soldaditos de mi marido y salimos de allí contentísimos pensando en la cita siguiente que solo demoró el tiempo de hacernos las pruebas.

La segunda cita llego muy pronto, íbamos pensando que ya nos pondrían en lista de espera de Fiv/icsi, pero nada mas lejos de la realidad...el ginecólogo (bastante frío) nada mas tomar asiento y con nuestros resultados delante, nos dijo que yo estaba bien, pero que mi marido no (eso ya lo sabíamos), que su semen era de muy mala calidad, que el REM había dado muy bajo y que nuestra única opción era hacer inseminación artificial con semen de donante...podéis imaginaros como nos quedamos...de nuevo en shock, ni siquiera habíamos pensado en algo así, nos quedamos los dos con cara de poker, ni podíamos articular palabra. El gine nos dijo que lo pensáramos y volviéramos cuando decidieramos algo. Le hice hincapié en la operación que estábamos esperando y no dijo nada de nada. Su única opción para nosotros era la donación de semen.

Continuará...

martes, 3 de diciembre de 2013

Donde empieza el camino (Parte 1)


No soy una blogger con una historia terrible a mis espaldas en el camino de la infertilidad. Como todas las parejas un día, el mes que nos casamos, allá por mayo del 2012, decidimos "no" buscar bebé, si no esperar a que llegara...pero como podréis imaginar no llegó. Tras varios meses de hacer gráficas de temperatura, examinar mi flujo vaginal (color, densidad, y hasta olor, sí incluso lo olía como si eso fuera a descifrarme algo), test de ovulación, pierna arriba mientras escuchaba roncar a mi marido, lubricantes que facilitan la movilidad del esperma, rezos a todos los santos conocidos y hasta intentar un pacto con el mismísimo diablo, decidimos que era hora de visitar a nuestro medico de cabecera. 

Recuerdo la ansiedad que me dio el día antes de ir a la consulta, solo de pensar que tenía que decir en voz alta (y hacerlo así real) que teníamos un problema para concebir. 

Antes de derivarnos al ginecólogo quiso hacerle a mi marido un seminograma y a mi una analítica normal. Tras un par de meses (porque la navidad pilló por medio) recogimos los resultados...horrible es la palabra...yo llevaba memorizado los resultados normales de un seminograma, pero en cuanto vi ese papel todo lleno de asteriscos empezó a nublarse mi vista y mi cerebro entró en modo ausente.

Recuerdo a la medica hablar de oligospermia, y de inseminación artificial, y de darme un papel que me derivaría a ginecología, y se despidió con un ¡Suerte, ya vereis que pronto estaréis embarazados, si necesitáis algo aquí estoy! Ya sabéis que nada mas salir de allí tocó el turno a las lágrimas, muchas lágrimas, miedo, y desorden mental, recuerdo todo aquello como muy disperso, mi mente totalmente nublada.

Tras el shock inicial me dispuse a leer de forma valiente el resultado del seminograma, no solo era oligospermia que es bajo recuento de espermatozoides en el eyaculado, sino que la velocidad y la morfología también estaban gravemente afectados. Ese fin de semana gasté lágrimas que ni siquiera sabía que tenía.

Continuará....