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viernes, 11 de abril de 2014

Empodérate



Son muchas las ocasiones en las que leo en diferentes blogs, o en twitter, o incluso conocidas que me comentan su paso por las clínicas de reproducción asistida o por los hospitales de la seguridad social y me hablan en un tono pasivo, como una auténtica paciente que es manejada al antojo de “los que saben”. Hablan de la confianza que deben tener en el equipo médico que la llevan (que para eso son los que han estudiado), y que hacen y siguen a pies juntillas lo que éstos digan o manden. 

La mayoría de las veces ni siquiera llegan a cuestionarse el porqué de las cosas, no preguntan las dudas, no debaten con ese equipo médico su caso y tratamiento particular. Si la cosa sale bien, genial; si la cosa no sale bien la sensación de derrota es brutal, no solo por no haber conseguido su positivo si no también por el desconocimiento del cómo y del porqué de todo su proceso.

Y no, no me gusta ese pensamiento que aun siguen teniendo muchas personas. NO somos pacientes, no debemos comportarnos como tal, como personas pasivas e inactivas ante los profesionales de la salud.

Todos somos personas, individuales, dueños de nuestra vida, de nuestra salud. Así que incrementemos nuestro poder, vamos a usar los recursos que tenemos a nuestro alcance para aumentar nuestros conocimientos y adueñarnos de nuestra vida.

No seamos objetos de otros, debemos ser protagonistas de nuestra historia. Decidamos nosotros sobre los tratamientos que nuestro cuerpo recibirá.

No te vuelvas a casa intentando mentalizarte que lo mejor será lo que el médico diga que para eso es el entendido. Busca profesionales que te escuchen, que practiquen la empatía, que respondan a tus preguntas, que se preocupen de formarse e informarse. Que no te dirijan hacia lo que ellos quieren solo porque sí. Es tu vida, tú decides.
 
Busca una clínica donde tras salir de ella y llegar a casa pienses en lo siguiente:

-          - Que tú tienes el poder de decisión sobre el tratamiento que te harán.
.
-          - Que te han dado toda la información posible y han respondido a todas tus preguntas y dudas.

-         -  Que te han expuesto todas las alternativas y opciones posibles.

-        -   Que te has sentido participe de todo.

De esta forma, sentirás confianza en el equipo que te trata, tendrás la positividad necesaria para afrontar el tratamiento, y si por desgracia el resultado es negativo al menos no te sentirás estafada ni ninguneada.

¡Así que, empodérate!