lunes, 27 de abril de 2015

La vida va marcando los ritmos

Mi marido y yo nos casamos 11 años después de empezar nuestra relación, nos fuimos a vivir juntos el mismo día de la boda. Ahora diréis ¡qué antiguos! Pero fué la propia vida, las circunstancias, las que nos llevaron paso a paso, la que nos marcó el ritmo. Mi marido tuvo un problema familiar/económico muy grave con sólo 19 años.  En ese momento nos supuso un mundo, y es que cuando te ponen la zancadilla a esa edad, te tambalea el futuro.

No fuimos una pareja que empezaba a trabajar y ahorraba, que se iba de viajes y que salía de marcha. Éramos una pareja de jovenzuelos que tenía una deuda enorme que había que pagar. Ni coche, ni entrada para piso, ni pensamiento de boda, ni nada de nada. Sólo pensar en salir de aquello. Salimos. Siempre decía lo mismo, todo tiene solución. Y la tuvo, pero retrasó mucho nuestra vida en común.

Cuando parecía que todo tomaba su rumbo y que ya podíamos empezar a hacer planes, mi padre murió. Asi que le volvimos a decir adiós a los planes de pareja. En ese momento mi madre fué mi prioridad, y me absorbió de una forma casi enfermiza. ¿Cómo iba yo a irme de casa y dejarla sola? Puede parecer fácil pensar que una tiene que hacer su vida y punto. Pero puesto en práctica no es tan sencillo.

Pusimos fecha de boda como aviso a mi madre, yo nunca había querido casarme, pero esa era la única forma de ponerle un cronómetro a mi madre y que fuera haciéndose a la idea de que en X meses yo me iba de su casa. No le fué fácil. Ni para ella asimilarlo, ni para mí verla pasarlo mal. Pero no tardó en asimilar, en ilusionarse y en implicarse. Sólo necesitó tiempo. Y hacer las cosas así, como la vida me las iba marcando, esa era la mejor forma para todos.

Mi boda fué el acontecimiento del año, tan esperada que hasta me sorprendía cómo se ilusionaba tanto todo el mundo. Y la alegría de la gente se notaba. No fué un bodorrio por todo lo alto, fué un acontecimiento puramente familiar, un acto de amor, de promesas, una forma de avanzar, de afianzar. Una manera de empezar a rellenar un libro en blanco. La emoción por parte de todos fué visible. Era algo tan esperado por todos que se notaba en el ambiente.

Os podéis imaginar la ilusión que nos supuso empezar a vivir juntos, nos fué tan fácil la convivencia que hasta nos sorprendía. Pero claro, llevábamos muchos años esperando.

El otro día visitamos al fotógrafo de mi boda. Me preguntó varias veces por un embarazo, a decir verdad, desde las fotos post boda está dándome la tabarra con el reportaje que va a hacerme con barriga y el reportaje que le hará al niño a los pocos días. Él sólo se adjudica trabajos. No me molestó que se pusiera pesado ¿raro verdad? Ayudó que es entrar en su estudio, ver mis fotos de boda a tamaño poster por allí, y me pongo to tonta. Fué una inyección de fuerza. A veces en lo más insignificante se encuentra el "click" que te falta para avanzar.

Tengo familia que se pelean por ser los padrinos de mis futuros hijos, que me lo piden por favor que los pongan a ellos. Que me dicen que el día que les anuncie embarazo van a cogerse la madre de todas las borracheras.

Tengo familia que me ofrecen dinero, mucho dinero, lo que vale una FIV, que no me preocupe que ellos me lo dan si me hace falta para conseguir un embarazo, que me dicen que esperan mi embarazo con todas las ganas del mundo y se "enfadan" cuando los anuncian otras.

Tengo gente que me miran con una mezcla de pena y de fuerza, que me alientan a seguir, que me piden paciencia. Y a veces hasta me cabrean. Pero ¿qué van a decirme?

Y pensaréis ¿a qué viene todo ésto? Pues el otro día me sorprendí a mí misma, después de la rachita que he pasado, diciéndole a mi marido que si era consciente de lo esperado que sería nuestro hijo, de la cantidad de gente que está deseando oir que estoy embarazada, la primera yo of course, pero hay mucha gente por detrás haciendo fuerza conmigo. Le decía que sería como nuestra boda, que causó tanta espectación y ilusión, y que salió redonda. Y pensar eso te llena, te alienta, te hace ver las cosas con más fuerza, te hace sentir que aunque las cosas no pasen cómo y cuando tú deseas, si luchas por ellas, al final llegan.

Porque mi vida, nuestra vida, siempre ha avanzado igual, nunca nos han salido las cosas cómo la planeábamos, siempre nos hemos visto obligados a dejarnos llevar, a esperar a los momentos oportunos, o a cuando se ha terciado, con paciencia, con amor, con dos cojones.

Y hace unas semanas no era capaz de ver todo ésto. Sólo me cagaba en mi mala suerte, no podía ver más allá. Cuando una está pasándolo mal no alcanza a ser objetiva ni optimista.

La vida no me lo está poniendo fácil para ser madre, cómo tampoco me lo ha puesto para otras cosas. Pero también me ha dado una familia que vale su peso en oro, y un marido que aunque a veces me desquicie y pueda ser un poco mucho menos echado p´alante que yo, siempre está detrás de mi haciendo fuerzas para que yo no dé un paso atrás.Y es que quienes me rodean contribuyen a que siempre en mi vida haya visto el vaso medio lleno.

Porque siempre he sido una persona alegre, optimista, fuerte. Siempre he luchado por lo que quería, nunca me he rendido, aunque a veces me haya quedado sin aliento. Y esa es la persona que quiero ser, no quiero ser una sombra que va por la vida quejándose de todo, no quiero sentirme una desdichada. Porque no lo soy.

Asi que hoy tengo ganas de luchar, hoy tengo ganas de seguir tirando del carro, hoy tengo ganas de seguir dejándome llevar por los senderos que me marca la vida. Sin prisas, sin pausas. Al fin y al cabo, siempre hemos llegado al fin del camino marcado. Hoy tengo claro que llegaré, no sé cuando, ni cómo, pero llegaré.



P.D.: Hoy de repente me ha entrado una ilusión brutal por tener a mis peques conmigo, me he puesto a contar las horas que me quedan para traerlos a casa. Y se me sale el alma por la boca al pensar en ellos. Llegó la ilusión, en su momento, sin forzarla, como una bocanada de aire fresco.¡Y que sensación mas bonita!

lunes, 20 de abril de 2015

Fecha a señalar

La semana pasada tras bajarme la regla y llamar a la clínica tuve la primera cita del ciclo. Eco de control para ver que todo estuviera en orden y un par de hojas con la lista de medicamentos a comprar para una transferencia de congelados: meriestra, adiro, vitaminas, progesterona vaginal, progesterona inyectable...

La meriestra no me ha dado dolor de cabeza, que por lo visto se lo provoca a la mayoría, en mi caso sólo he tenido nauseas, parece que a mi todo me da nauseas, la meriestra no iba a ser menos.

Estuve mirando que fármacos entran por la SS para ir a mi médica y pedirselos. La meriestra entra, aunque tampoco merece la pena porque es un medicamento bastante barato, 2´50 la caja creo recordar. El adiro es baratísimo también, 1´50. Las vitaminas prenatales pues depende de lo que se tome, yo tomo natalben supra, unos 14 euros la caja, y no tiene receta. Creo que sólo recetan acfol (ácido fólico de alta dosis) que también me mandan a tomarlo tras la transfer, pero también tiene un precio muy bajo.

Por la SS entra el progeffik 100, asi que aunque mandan el de 200 id al médico y pedid receta del de 100, nos ahorramos un pico, con receta yo pago 51 centimos por caja (con una caja hay para 5 días, son 6 pastillas al día), mi médica me hizo recetas para todo un mes y así no tengo que visitarla cada poco. 

Esta vez me han mandado progesterona inyectable para una semana, prolutex se llama, 62 euros la broma caja con 7 viales. Supongo que es protocolo nuevo de la clínica el llevarte la semana de la transferencia con progesterona inyectable, que seguro que es menos molesto que la vaginal al menos.

Hoy he tenido el primer control, siete días después de la primera pastilla de meriestra. Todo bien, endometrio en 9,4 mm.

Así que he salido de alli con nuevas pautas. Seguimos con meriestra, adiro y vitaminas, y 5 días antes de la transfer toca empezar a ponerse la progesterona.

Fecha de transferencia el 30 de abril, bonita fecha, es el día del niño, odio esas coincidencias, nunca me salen bien. Además voy a tener una betaespera en pleno principio de mayo, con el día de la madre por medio, eso siempre ha sido mi sueño (léase la ironía).




He entrado en modo miedo/pánico/terror al ver que la fecha se aproxima, es como tirarse por un tobogán, no hay marcha atrás, ahi sigo escurriendome dejándome llevar. Con un poco de pena porque la ilusión aún no ha salido a la luz, supongo que los miedos la tienen apresada y no la dejan salir. Por supuesto pienso que es una oportunidad, que puede que esta vez sea la mía y consiga embarazo, pero no logro sentir esa emoción que tenía la primera vez, que incluso cuando me inyectaba los fármacos en vez de sangre me salían mariposas rosas y arcoiris. Será que tengo el síndrome de la repetidora.

Lo mejor es que ya no tengo que dar mas viajes a la clínica hasta el día de la transfer, ahora viene una nueva preocupación, ya sabéis ¿descongelaran bien? típicas neuras de infértiles. Ni pensarlo mucho quiero, aun faltan días para sacarlos del reino de frozen como para preocuparme demasiado.

Por cierto, tengo tres cánulas congeladas. Una con 2 embriones (los sobrantes de la primera fiv), otra con 3 embriones y otra con un único embrión (el del cola cao, que lo dejaron sólo por tardón). Hasta el día de la transfer no se sabrá cuáles serán los elegidos (son cosas de los biólogos, ellos deciden). Así que no sé cuantos se vendrán a casa.

Gracias por vuestras respuestas a la entrada anterior. Me animaron mucho. Da gusto saber que estáis ahí y que además me entendéis y me respetais, y que muchas os habéis sentido como yo y ahora estais preñadas hasta la boca o con hijos en el mundo. Se os quiere!!


viernes, 10 de abril de 2015

Muda


Así estoy cuando recibo preguntas tipo: ¿cómo estás? (mal) ¿cuándo empiezas? (eso quisiera saber yo) ¿cómo va lo tuyo? (lo mío no va) ¿cúal es el siguiente paso? (mmm  ¿volver a sonreir?) Y doy la callada por respuesta. No por nada en particular, no porque quiera ir en plan secretismo ahora, no por fastidiar a nadie o hacer sentir mal. Simplemente no me apetece contar nada, ni hablar de nada, ni que me hablen, porque siempre acabo peor.

Estoy pasando unas semanas de infierno, hoy estoy aquí sentada escribiendo porque he empezado a sentirme mejor. Hoy tengo mis ánimos algo mejor. La terapia de compradora compulsiva de ropa y maquillaje me viene muy bien. La terapia pasear a solas me viene muy bien. La terapia dejar el móvil en casa y hacer como si el whatsapp no existiese me viene genial. He necesitado olvidarme de todo este círculo vicioso en el que se convierte el mundo 2.0 cuando te sumerges en él. La infertilidad me ha tenido absorbida de una forma casi insana. Y por aqui sigo y pienso seguir, pero a un ritmo donde no me invada el vértigo, y pueda bajarme cuando lo necesito.

Ayer escribí una entrada que no fuí capaz de publicar, porque me dió pena de mi misma al leer cómo me sentía y todo lo que vomité sobre la pantalla, sentimientos que llevaba guardando semanas. Hoy la he borrado.

No puedo aseguraros si empezaré este mes o no, aun estoy pensandolo. No sé si lo haré por la propia inercia de dejarse llevar y seguiré estando muda. O quizás empiece y me ilusione y venga a contaros como me sale la ilusión por la boca. Estoy tan cagada de miedo que no me aclaro ni yo. Tengo que perdonarme, ese es el gran problema al que me enfrento ahora mismo, ni más ni menos, tengo que cuidarme y mirar por mí. Y me he cerrado, me he cerrado a todo un mundo que sigue girando a mi alrededor. Y lucho, lucho conmigo misma contra estos sentimientos que me invaden, contra esta cara de acelga que llevo, contra esta pena infinita que me tiene sin luz. Y aquí tengo que seguir parada, hasta que pueda volver a subirme al mundo. Estoy esforzándome mucho por conseguirlo.

A todas las que pensais en mí, las que me escribíis día tras día y no recibiis contestación alguna, a todas las que os preocupais....gracias.